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Contenedores marítimos
Contenedores marítimos, más que una enorme caja metálica
Una de las imágenes que podemos reconocer, relacionadas con los grandes puertos, es la de una montaña de contenedores. Grandes pilas de enormes cajas metálicas quedan reunidas después de haber servido como transporte de mercancías. Su formato permite grandes adaptaciones y un amplio uso que va desde el almacenaje de muebles hasta el transporte de líquido, pasando por los contenedores refrigerados. Son más que una simple caja grande de metal.
Las innovaciones a la hora de construir, o adaptarlos, a todas las mercancías imaginables no ha terminado. Actualmente, se trabaja en la seguridad, el aislamiento, la monitorización del interior, el escaneo en puerto de su contenido (sin incurrir en demora), el reciclaje y la reutilización. ¿Sabías que muchos contenedores pasan la mitad de su vida útil abandonados en los puertos? Transportarlos vacíos es costoso y contamina.
Innovación y futuro
A la hora de presentar las actuales innovaciones, contamos con estos apartados como guía: formatos actuales, tanto a nivel físico como informático, y propuestas reales de reutilización.
– Formatos actuales de contenedores marítimos
A nivel físico. La forma, tan reconocible, no ha cambiado, ni siquiera los materiales, aunque se están investigando algunos nuevos, como la fibra de carbono. ¿Qué cambia, entonces? La rigidez. En lugar de un bloque metálico, se busca un cajón que pueda plegarse, una vez usado. La empresa valenciana que los produce, afirma que en el lugar de uno de antes, caben ahora cinco.
En cuanto soporte informático, las propuestas vienen de Suecia y Dinamarca. La unión entre una potente empresa de contendores y otra telefónica, busca la manera de usar el denominado «internet de las cosas». Mediante una conexión informática, el cliente podría saber dónde y cómo se encuentra su mercancía. Unos sensores medirían la posición y otros el estado interior de los productos almacenados.
– Reutilización de contenedores marítimos
Por abandonados o porque han llegado al fin de su vida útil, los contenedores se reutilizan como oficinas, viviendas y almacenes móviles. En el campo habitacional hay auténticas virguerías. No me resisto a reseñar dos sorprendentes. El primer ejemplo es de Bogotá, donde se contruyeron, en treinta días, nuevas aulas para una universidad, con seis contenedores. Y en la ciudad china Changski, en tres meses, se construyó un hotel de cinco estrellas, con treinta y cinco contenedores.[:]
